Liderazgo
Norm Miller, Presidente de la junta directiva
Norm Miller es presidente de la junta de Interstate Batteries. Él cree en el sueño americano porque lo vivió. Desde sus humildes inicios como vendedor itinerante de Interstate se esforzó, hasta convertirse en presidente y director ejecutivo. Su energía creativa y su predisposición para soñar y probar nuevas ideas siguen siendo la huella distintiva de su carrera profesional. Como resultado, Interstate Batteries es ahora una de las historias de éxito corporativo más impresionantes de EE. UU., una empresa sólida que goza de una reputación sin precedentes en cuanto a excelencia y honestidad. También es miembro de la junta del Dallas Theological Seminary, la Dallas Seminary Foundation y el Overseas Council. Es cofundador de Great American Race, el principal evento de autos antiguos de EE. UU. Él y su esposa Anne tienen dos hijos, Tracey y Scott, y cinco nietos.
Norm también cree en el poder de Dios para cambiar vidas, ya que fue ese poder el que cambió su vida de años de beber con la misma intensidad con que trabajaba.
La historia y testimonio personal de Norm
Crecí en Galveston, Texas. Mi padre tenía una estación de servicio y un garaje Gulf, así que he estado rodeado de automóviles desde que tengo uso de razón. Supongo que así es como acabé en el negocio de las baterías.
Pero heredé algo más de mi padre: beber. Todos los sábados, a eso de las dos de la tarde, él y otros en la estación se instalaban en un pequeño bar de una habitación trasera a beber. Lo recuerdo diciendo que sólo quería divertirse un poco. Frecuentemente, alrededor de las ocho, algunos de ellos tenían que llevar a mi padre a casa y acostarlo. Bueno, yo seguí sus pasos y comencé a beber en la escuela secundaria. No recuerdo cuando “ir de fiesta” no fuera mi principal diversión, así que gravitaba alrededor del tipo de personas que beben mucho. Esto era fácil en Galveston, porque era un lugar turístico: una gran ciudad de fiestas.
De alguna manera logré llegar a la universidad, y seguí yendo a fiestas, sólo que bebía aún más. Nunca había sido un buen estudiante, así que no pasó mucho tiempo para que empezara a pensar en dejar los estudios y hacer otras cosas. Pero me di cuenta de que una vez fuera, estaría compitiendo contra las personas que habían terminado la universidad.
Así que completé mis estudios, me casé y eventualmente terminé trabajando con mi padre y mis hermanos en una distribución de Interstate en las afueras de Memphis, Tennessee. Dos años y medio después, regresé a Texas para trabajar directamente en la oficina nacional de Interstate ubicada en Dallas. Eso significaba que pasaba mucho tiempo en la carretera, viajando por todo el país. Ese primer año estuve fuera de casa más de ocho meses, lo que me dio la libertad de simplificar mi vida: ¡beber, salir de fiesta y vender baterías!
Después de varios años, mi esposa había decidido que tarde o temprano me iba a dejar. Su padre había sido alcohólico, así que ella sabía a qué se enfrentaba.
Pero recuerden, yo había estado bebiendo al menos una vez por semana durante 20 años, a menudo hasta perder el conocimiento. Los viernes eran los peores. Siempre tomaba y festejaba en el vuelo de regreso a casa. De hecho, ya que había tomado dos o tres copas, quería seguirle hasta que todo se cerrara o la botella estuviera vacía. Más tarde me sentía mal por eso, pero beber parecía aliviar una presión que aumentaba en mí cada cuatro o cinco días.
Una noche, en 1974, terminé bebiendo como de costumbre, hasta que los bares se cerraron a las dos de la mañana. Después, cuando conducía a casa, la policía me detuvo. Ya había sido detenido dos veces por conducir ebrio, pero de alguna manera evité ser arrestado. Cuando desperté a la mañana siguiente con una fuerte resaca, llamé al trabajo diciendo que estaba enfermo. Entonces, acostado en la cama, la verdad me abrumaba. Yo era un alcohólico igual que mi padre. Había perdido el control de mi vida. ¡Esa era una verdad aterradora!
El instante en que me di cuenta de que me había convertido en un alcohólico, solté un grito de desesperación: “¡Dios, ayúdame! ¡No puedo con esto!” Nunca olvidaré esas palabras, porque Él se llevó mi obsesión de beber, por completo. Se acabó en ese momento. Estoy consciente de que no es así para todos, pero lo fue para mí y estoy eternamente agradecido. Lo extraño es que si alguien me hubiera preguntado el día anterior si creía en Dios, habría dicho que no sabía, que no había pensado mucho en ello.
El alcohol no es lo único que puede esclavizar a una persona. A mí me esclavizó, pero ustedes pueden ser prisioneros de alguna otra cosa. Esa otra cosa puede ser apostar. Conozco a gente que no puede pasar una semana sin apostar importantes sumas de dinero en alguna parte. Sus vidas están fuera de control y son miserables. Pero están enganchados. O ¿qué tal las drogas? ¿O la pornografía? ¿O incluso la comida o el tabaco?
Mi punto aquí no es predicar o hacer sentir culpable a nadie. Es sólo que creo que muchas personas pueden señalar un área de su vida en la que no son libres. Están atrapados en una obsesión que les destruye la vida. Algo más está en control. Cuando bebía, por ejemplo, nunca quería beber demasiado, pero siempre lo hacía. Eso me tenía atrapado. Yo no era libre.
Y aquí es donde entra el regalo de la libertad. Viviendo como lo estaba haciendo, ustedes comprenderán que casi nunca iba a la iglesia. La religión no significaba nada para mí. Pero en ese tiempo, un amigo mío comenzó a contarme lo que la Biblia decía sobre la vida y cómo vivirla. Rápidamente lo interrumpí: “Si puedes mostrarme cómo puedo saber que la Biblia es la VERDAD, lógicamente, con mi cerebro, entonces prestaré atención a lo que ella tenga que decir. De lo contrario, en lo que a mí respecta, es sólo otro libro viejo, un montón de filosofías obsoletas o lo que sea, y no la necesito”.
Pensé que le estaba lanzando un gran desafío, pero él me respondió a mi nivel. Me consiguió algunos libros documentados y comencé a investigar la validez de los datos que respaldan a la Biblia como la verdad de Dios. Y fue objetivamente abrumador, especialmente en tres áreas principales: los descubrimientos arqueológicos, la historia y el peso de la autenticidad del manuscrito y, sobre todo, el cumplimiento comprobado de la profecía del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento cientos de años más tarde. Los revisé una y otra vez. La evidencia de respaldo fue tan fuerte que comencé a leer la Biblia y asistir a un estudio bíblico.
Un versículo importante para mí fue: “Busca y encontrarás...” Le dije a Dios que si Él realmente existía, yo era un “buscador” y quería encontrar la VERDAD. Así que seguí estudiando.
La Biblia dice que “Jesús es el camino, la verdad y la vida”. Enseña que todos somos “esclavos”, no sólo del alcohol y las drogas, sino del pecado. Cada uno de nosotros ha pecado contra Dios y hemos recorrido nuestro propio camino, lejos de Él. Con una actitud egocéntrica, de hacer sólo lo que a mí me interesa, no hemos cumplido con el propósito de Dios para nuestras vidas. Como la Biblia en el libro de Romanos (3:23), “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”.
¡Sabía que eso era cierto para mí! Pero la buena noticia es que “la verdad te hará libre”, ¡y Jesucristo es la verdad! Entonces lo acepté tal como lo enseña la Biblia: como mi Señor y Salvador, como el Hijo engendrado de Dios que murió como pago por MIS pecados. En Él está el perdón de los pecados y el poder del autocontrol para ser liberados de la esclavitud del pecado. ¡Jesús es el regalo de la libertad, el poder para vivir, y Él da vida eterna!
Ustedes pueden aceptarlo ahora mismo, como lo hice yo, repitiendo esta oración y haciendo el compromiso de todo corazón. Sólo ore...
“Querido Dios, quiero liberarme de la esclavitud de mi pecado. Creo que Jesús es la Verdad, y ahora lo acepto como mi Señor y Salvador. Te pido perdón por mis pecados, porque Él pagó por ellos. Por favor, dame el poder de vivir una vida que te agrade a ti. ¡Gracias por este regalo de vida nueva y eterna en Cristo! En el nombre de Jesús, amén.”
Si ha hecho esta oración, me gustaría enviarle información adicional que le ayudará a crecer en su entendimiento del cristianismo y en su fe en Dios. Escriba a: Norm Miller, “Crecimiento”, 12770 Merit Dr. Suite 1000, Dallas, Texas 75251.
Norm Miller, ¿Buscando respuestas?
El hombre busca en vano, pero no encuentra nada que lo ayude, excepto ver un vacío infinito que solo puede ser llenado por Uno que es infinito e inmutable. En otras palabras, solo puede ser llenado por Dios mismo. – Blaise Pascal
Si ha estado buscando algunas respuestas, le recomendamos que lea los siguientes extractos del folleto de Search Ministries, “La búsqueda”.
¿Cuál es el problema?
¿Por qué?
La posición de Dios:
La disposición de Dios:
1. Dios sustituyó la perfección de Cristo con nuestra imperfección a través de la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. “Porque Cristo también padeció una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios; siendo a la verdad muerto en la carne pero vivificado en el espíritu.” 1 Pedro 3:18
Norm Miller: ¿Qué tiene que ver el amor con eso?
¿Cuánto tiempo ha transcurrido desde que pasó más de dos meses con una persona? ¡Estoy hablando día y noche, 24/7! ¡Probablemente no lo ha hecho desde que dejó a su mamá! Bueno, mi esposa Anne y yo, sólo nosotros dos, hicimos un viaje de una vez en la vida en el verano de 2003. Alquilamos una casa rodante de 36 pies en Langley, B.C. (Oeste de Canadá), cerca de Vancouver, y salimos.
Comenzamos a planear este viaje de escapada de todo el verano el otoño anterior, y después de varias consideraciones, nuestro plan evolucionó hacia una aventura de 5006 millas desde Vancouver, Canadá, regresando por el Parque Nacional de los Glaciares en Montana, luego al Norte nuevamente a Canadá, atravesando Banff, Lake Louise, Jasper y por la autopista Alcan en Alaska, a través de Anchorage en el oeste, hasta literalmente el final de la carretera: ¡Homer! Luego dimos una vuelta en U y nos dirigimos de regreso al este y al sur, por la “Autopista Marina” en los sistemas de ferry de Alaska y Canadá.
Ciertamente fue una aventura, pero también un gran desafío. Las carreteras son a menudo montañosas, con curvas y estrechas, con poco o nada de banquinas. Y los días estuvieron llenos de tantas decisiones para PONERSE DE ACUERDO, como CUÁNDO irnos, CUÁNDO parar, QUÉ y CUÁNDO comer, DÓNDE estacionar por la noche, en QUÉ lugar, QUÉ vista, QUÉ tan privado y MÁS y MÁS y MÁS... ¡TODOS LOS DÍAS! Sí, ¡fue un verdadero desafío! Aprendí muchas cosas en este viaje, especialmente estas cinco:
Soy impaciente
Intolerante
Grosero
¡A veces incluso malvado!
¡Y TAMBIÉN LO ES MI ESPOSA!
En cualquier caso, cuando devolvimos la casa rodante esa última mañana, Anne y yo gritamos con alegría: “¡Lo logramos, lo logramos!”
Pero eso no es lo importante de mi historia. Lo que quiero transmitirles es un maravilloso subproducto del viaje.
Verán, mucho antes del viaje visualizaba cómo sería cada día, y me imaginaba un enfoque relajado e informal para todo. Pensando así, decidí que mis mañanas serían mías, sin prisas, sin presiones. AMO los largos y tranquilos momentos de soledad cuando despierto y me acerco a Dios a través de los devocionales, la lectura de la Biblia y sólo pienso y oro. Este es un momento especial para mí.
Con todo esto en mente, decidí que volvería a leer el Nuevo Testamento, lenta y exhaustivamente, revisando las notas a pie de página, leyendo los versículos correspondientes, una absorción lenta y relajada de todo esto, agregando este estudio a mis tiempos matutinos habituales con el Señor. Qué maravilloso, pensé. Tendré mucho tiempo, todo sin prisas, con calma y fácil. ¡Estaba impaciente por salir!
Sin embargo, faltando 2 semanas para finalizar nuestro viaje, estaba apenas en la última parte de Mateo. ¡¿Pueden creerlo?! Ni siquiera había completado el primer libro del Nuevo Testamento.
Es difícil explicar cómo sucedió esto, pero en realidad, simplemente no lo había logrado. Con los días largos (puestas de sol a medianoche), me quedaba despierto hasta tarde. Además, los amaneceres tempranos alrededor de las 4 a.m. contribuyeron a un sueño irregular, junto con algunos medicamentos, así como el ocasional dejar las cosas para después y un enfoque relajado del tiempo en general. Recordando las primeras seis semanas de todo eso, además de la pereza, simplemente no hice lo que tenía que hacer.
Estaba bastante desanimado por eso, un poco deprimido, sabiendo que era demasiado tarde para completar mi plan, alcanzar mi meta y lograr lo que determiné sería “maravilloso”. ¡Lo había echado a perder!
Por alguna razón, mientras estaba sentado allí, comencé a pensar, ¿qué es lo más importante que Dios desea de y para mí? Pensé en cuando algunos letrados le preguntaron a Jesús: “¿Cuál es el mandamiento más importante?” Él respondió: “Debes AMAR a tu Dios con todo tu corazón, alma, fuerza y mente, y semejante a eso: AMA a tu prójimo como a ti mismo.”
Pensé en el hecho de que AMAR es un verbo, la palabra de acción del mandamiento más importante que Dios mismo nos dio. Parecía entonces que AMAR debe ser el verbo (acción) más importante en la Biblia. No, me dije: “Debe ser el verbo en Génesis 1:1”. En el principio, Dios creó los cielos y la tierra. 'Creó' es el primer verbo y el más importante; sí, la primera acción de Dios: creó.
Él nos creó para AMARLO, y luego amar a los demás. Bueno, yo sabía bien todo esto sin tener que pensar en los verbos y todo eso. Sentí que era alguien que “amaba” bastante bien en general según el mandamiento. Soy agradecido y apreciativo. Oro regularmente por Su Reino; oro por la gente. Trato de ser obediente, responsable, guiado por el espíritu, buen dador, ayudo a otros, trato de evangelizar, llevar a los demás al Señor, acercarme a Dios todos los días y pedir un AMOR cada vez más grande por Él y por los demás. Tengo que ser alguien que “ama” bien, ¿verdad?
Pero continué pensando en que si el AMOR es mi respuesta de acción más importante para Dios, ¿qué es específicamente el AMOR? Reflexioné sobre algunas escrituras a medida que venían a mi mente: las escrituras dicen que Dios es AMOR... El AMOR cubre multitud de pecados. Sin el AMOR como nuestra motivación, todas las demás acciones son vacías, sin valor, como una campana que no “resuena”. Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo... ellos te conocerán por tu AMOR. Pero entiendan, sólo estaba pensando, no haciendo una búsqueda exhaustiva a través de la Biblia o yendo a una concordancia, etc., sólo pensando cada cosa en secuencia.
En mi memoria luego vino el “capítulo del AMOR”, 1 Corintios 13. El amor es paciente, bondadoso, no es ofensivo, etc. Lo he leído y lo he escuchado muchas veces, en casi todas las bodas, pero no lo recordaba todo, así que lo busqué en mi Biblia y leí: “El AMOR es paciente y bondadoso. El AMOR no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni grosero. No exige que las cosas se hagan a su manera, no es egoísta. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas, no es rencoroso. No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, soporta todo, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia. ¡El AMOR durará para siempre!”
Me detuve allí mismo y sentí el impulso de pensar en esto como una “escala de comportamiento”, para ver cómo lo estaba haciendo. Ah, estoy bien, pensé. He sabido todo esto durante años, reflexioné hasta que releí. El AMOR es paciente, el AMOR es bondadoso, no hace nada indebido (en esos tres estaba suficientemente lejos y más). ¡Había fallado en esos tres en las últimas 24 horas!
Mis 67 días, 24/7 con Anne habían sido en parte una difícil adaptación a la que mi respuesta fue impaciencia, intolerancia, rudeza, ira y arrogancia, entre otros. Poco a poco me di cuenta de que en mi vida diaria también había cometido estos mismos pecados, pero entre ellos había muchas veces en las que había “hecho el bien”, lo que, para mí, mermaba su significado.
Confinado en la casa rodante, uno a uno, día tras día, Dios me mostró claramente mi comportamiento verdadero falto de amor. No había escapatoria a ello. Entonces sentí una conmoción aún mayor, porque esta fue la primera vez que me di cuenta de que este comportamiento me condenó, por fallar en mi AMOR a Dios.
Nunca había pensado en mi comportamiento hacia los demás como falta de AMOR por Dios. Creo que mi enfoque hasta entonces fue que “soy humano”; no soy perfecto; lo intentaré, y confesaré cuando falle; Él me perdona (1 Juan 1:9), lo cual es cierto; sin embargo, esto no cumple Sus intenciones para conmigo.
Ahora entiendo que siempre he sabido que este comportamiento era pecado, simplemente no lo había considerado como el pecado de no amar a Dios según el mandamiento: "Si ME AMAS, guardarás Mis mandamientos". De todos modos, fui condenado en ese momento. Jesús dijo: “Ellos te conocerán por tu AMOR”. LOVE that is patient, kind, not rude, not self-serving, not envious (jealous), not a braggart, not arrogant, that is not easily provoked, not resentful and all the others. – 1 Cor. 13
The scripture that teaches "Be doers of the Word, not just hearers" came to my mind and that the LOVE GOD AND LOVE OTHERS* command is THE MOST IMPORTANT OF ALL, and it is specifically spelled out in 1 Cor. 13. Es el fundamento mismo de la fe, es decir, lo primero de lo primero. Jesús también dijo: “Si me AMAS, guardarás mis mandamientos”. ¡Guardemos este y estaremos mucho más cerca de guardar todos! Sentí como que Dios me dijo: "¡Norm, el AMOR ES el Nuevo Testamento!"
En ese momento, puse un marcador y escribí estos “detalles del AMOR” de 1 Cor. 13. Desde entonces, he intentado comenzar mis oraciones matutinas repasando la lista, rememorando las últimas 24 horas y confesándole mis faltas, una por una (si es que no las había confesado cuando sucedieron).
Después, empiezo con paciencia otra vez y recorro la lista pidiéndole a Dios que me dé la paciencia de Cristo, la bondad de Cristo, que no sea egoísta ni celoso, ni resentido ni grosero, una y otra vez, después de lo cual le recuerdo que Él dijo que ¡me daría cualquier cosa que yo pida si está dentro de su voluntad!
¿Saben qué? ¡Lo está haciendo! ¡Estoy amando más y mejor! Soy más feliz, más lento para la ira, menos intenso, más amigable, es decir, ¡más paciente y amable! Menos grosero, y todo lo demás.
Voy a acabar con esta pregunta. ¿Puede usted citar la escritura de 1 Timoteo 1:5? “El propósito de mi instrucción es que todos los creyentes sean llenos del amor que brota de un corazón puro, de una conciencia limpia y de una fe sincera;”.