Llene el tanque y agregue el estabilizador de combustible recomendado para evitar que la gasolina se deteriore y ensucie su carburador. Enciéndalo y déjelo funcionar unos minutos para el completar el ciclo.
Reemplace o recargue los líquidos según lo recomendado por el fabricante del vehículo, o drene todos los líquidos del vehículo. Si vive en una zona donde las temperaturas caen por debajo de cero, revise el anticongelante para evitar que el motor se congele.
Los contaminantes en el aceite viejo pueden corroer las piezas del motor en cuestión de meses. Cambie el aceite y el filtro antes de almacenar, para evitar una situación complicada más adelante.
Las baterías experimentan un ligero drenaje de carga incluso con el encendido apagado. Use un mantenedor de batería o cargue por goteo cuando no esté en uso regular. Mientras no se esté usando, cargue mensualmente una batería completamente cargada.
Evite zonas desinfladas o desgaste desigual en las llantas almacenando el vehículo con las llantas despegadas del piso. Alternativamente, llene las llantas al máximo volumen recomendado y recuerde mover el vehículo para rotar las llantas a un nuevo lugar de descanso cada mes.
Los vehículos desatendidos sufren de oxidación. El lavado, secado y encerado antes del almacenamiento previene la corrosión y otros daños. Para mantener fuera a los bichos, coloque una toalla o bolsas arrugadas en los tubos de admisión y escape. Recuerde quitarlos antes de conducir el vehículo.
La luz del sol puede dañar el cuero y decolorar la pintura. Estacione su vehículo en un lugar fresco y oscuro, sin piso de tierra. Una cubierta transpirable evitará las abolladuras y protegerá su vehículo del polvo, la suciedad, la humedad y los rasguños.